viernes, 3 de agosto de 2012

Día 8: 29 de julio, Xiàhé, ciudad de peregrinaje budista.

Salimos de Tongren a las 8:00 de la mañana, con cara de sueño y sin podernos lavar la cara, ya que desde ayer por la tarde no había agua en nuestro hotel. Cuando bajamos a preguntar nos dijeron que era una avería ajena a ellos, cosas que pasan aquí. Hasta esta mañana no hemos recuperado el agua y cuando habrías el grifo salía hirviendo. A ver quien era el guapo que metía la mano!!

Con respecto al trayecto en autobús, tenemos que comentar que el paisaje era precioso, atravesando valles, barrancos, puertos de montaña y altiplanos de un verde intenso que impresionaban por su belleza. A todo esto el conductor, además de llevar el autobús iba viendo una película en una pequeña pantalla al lado del volante. Os podéis imaginar nuestra cara cuando subiendo un puerto de montaña ves que el conductor aparta la vista de la carretera para ver una película!!! Al final no hemos podido hacer otra cosa que mirar el paisaje y confiar en lo divino para llegar sanos y salvos. A mitad de camino el chófer a parado en un pueblecito de montaña y ha subido una vendedora con una bandeja de yogures hechos por los pastores, y ni que decir tiene que nos hemos comido uno y estaba buenísimo.

Finalmente, llegamos en tres horas a Xiàhé y después de coger un taxi para llegar a la parte antigua del pueblo, fuimos a buscar alojamiento. Primero preguntamos en el Overseas Tibetan Lodge porque parecía la mejor opción, pero estaba completo. En la acera de enfrente estaba el Labrang Baoma Hotel y allí si que tenían habitación para las dos noches, por 300 Y la noche, después de regatear un poco. Una vez en la habitación nos aseamos un poco para irnos a comer al Snowy Mountain Café, donde saboreamos una buena pizza y un plato peruano que se llamaba lomo saltado.

Xiàhé, esta situado en un hermoso valle de montaña a 2920 m de altitud, posee un ritmo propio al que pronto te integras. Es un ir y venir de peregrinos, monjas budistas con la cabeza rapada, nómadas tibetanos con coloridos ropajes, grupos de turistas y mendigos. Al amanecer, los peregrinos recorren los 3 Km. de la Kora (sendero de peregrinación) que circunvala el monasterio.


Por la tarde después de dar una vueltecita por las tiendas de souvenirs tibetanos y comprar alguna cosilla nos fuimos a la habitación para descansar un poco. Sobre las 18.00 salimos a dar una vuelta para ver el ambiente por alrededor del monasterio de Labrang, donde los peregrinos y monjes recorren la Kora haciendo girar las ruedas de oraciones.


Viendo a esta gente hemos pasado la tarde y la verdad es que el sitio tiene algo especial aparte de que el monasterio es precioso, hasta ahora el más bonito que hemos visto.



También hemos visitado un pequeño convento de monjas budistas que está al pasar el monasterio de Labrang, en un poblado tibetano de adobe muy bonito. La visita al monasterio de Labrang la haremos mañana, aprovechando una visita guiada en inglés a las 10:30.



Al final el cielo se ha puesto muy negro y empieza a chispear así que, hacia las 20:00 decidimos volver al hotel, por que aquí cuando llueve lo hace de verdad y nos salvamos de la tormenta por los pelos. Aprovechamos la lluvia para realizar una nueva entrada a este blog y sobre las 21:00 vamos a cenar al Nomad Restaurant, donde pudimos probar alguna especialidad tibetana y como ha sido un día largo nos vamos a descansar temprano.

1 comentario:

  1. eeeeeoooooo!!!!!

    valla paisaje mas chulo,tiene pinta de ser muy tranquilo.y tiene que ser muy chulo ver llover desde una teraza.VALLA PAISAJEEEEE ;)

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