domingo, 19 de agosto de 2012

Día 15: 5 de agosto, visita al parque Nacional de Jiuzhàigou

Nada más levantarnos a las 6:00 teníamos preparado el desayuno en la planta baja de la casa, un poco de pan tibetano recién hecho, un huevo frito y mucho te. El pan lo podías acompañar de miel y mantequilla de yak, todo casero. Sobre las 6:30 estábamos listos para salir pero, nuestro transporte todavía no había llegado así que, mientras terminábamos de prepararnos y coger el pequeño almuerzo que la señora Amma nos había preparado (un poco de pan con miel y una botella de agua por persona), estuvimos hablando con Noelle, una chica de Malasia que también iba al Parque de Jiuzhàigou con nosotros. Ella repetía visita y nos ayudó bastante a la hora de conseguir las entradas. Finalmente apareció el coche sobre las 7:00 y nos fuimos para el Parque que estaba a 13 km. de la casa.


El Parque de Jiuzhaigou, patrimonio mundial por la Unesco, es una de las atracciones estrella de Sichuan. Cada año 1,5 millones de personas visitan el parque para maravillarse con sus lagos azules, sus caudalosas cascadas y sus árboles verde oscuro con montañas nevadas como telón de fondo. Jiuzhaigou significa “Valle de las Nueve Aldeas” y hace referencia a las nueve aldeas tibetanas de la región. Según la leyenda Jiuzhaigou fue creada cuando un demonio envidioso hizo que a la diosa Wunosemo se le cayera  su espejo mágico, un regalo de su amado, el dios de la guerra Dage. El espejo cayó al suelo y se rompió en 118 resplandecientes lagos color turquesa (según laLonely Planet).


Conforme nos acercábamos a la entrada al parque, intuíamos la cantidad de gente que nos íbamosa encontrar por los autobuses que nos cruzábamos en la carretera. Nada más llegar seguimos las indicaciones de Noelle para llegar a las taquillas, que a esa hora, ya estaban abarrotadas de gente. Nos pusimos a la entrada de una de las taquillas y esperamos a que se abrieran, pero lo  que no sabíamos era lo que iba a pasar en el momento en el que abrieran las puertas. Y lo que paso es que una avalancha de chinos nos empujó hasta casi subirnos al mostrador, provocando momentos de angustia por la impotencia de ser aplastado. Una vez dentro las puertas se volvieron a cerrar y todo volvió a la normalidad, sin apenas daños, salvo un pequeño ataque de nervios. Después de retorcernos entre empujones y algún pequeño codazo conseguimos nuestras entradas (310Y por persona, con el bus incluido) y lo más importante, salir de aquella trampa.

Lo siguiente era entrar en el parque pasando las taquillas y subirse a algún autobús para llegarhasta la parte alta de la montaña (30 minutos de trayecto) y así ir bajando andando por el sendero que bordea los lagos. Esto fue mucho más fácil, ya quelas colas estaban bien organizadas y los autobuses (más de 300 dentro delparque) pasaban con mucha frecuencia. La carretera que sube unos 30 Km hasta elpunto mas alejado de la entrada se bifurca a los 13 Km , pudiendo visitar dos zonas de lagos. Nosotros queríamos empezar  por la parte derecha, bajar andando y subir en autobús hasta los dos últimos lagos de la parte izquierda. El único problema es que cuando subes al autobús no sabes a que zona va, y no te molestes en preguntar porque nadie te dice nada. La suerte estuvo de nuestra parte y el autobús iba a la parte derecha, así que a las 9:00 estábamos arriba.





Tras dar una vuelta por el sendero circular del bosque primario, y comprobar el respeto (nulo) de la mayoría de turistas chinos por el entorno y su tranquilidad. Decidimos bajar por el camino de pasarelas de madera que bordea los lagos y que se puede coger justo donde te deja el autobús a la derecha. Empezamos con el Grass Lake y el Swan Lake, para seguir por el sendero viendo el curso del río con sus pequeños saltos de agua. Luego cogimos un autobús para salvar los más de 9 Km hasta el siguiente lago y desde este punto cogimos el sendero de la parte interna de los lagos y no lo dejamos hasta el Mirror Lake, cerca de la intersección. Pasamos por el Arrow Bambu Lake y su cascada, luego vimos el Panda Lake y al bajar pasamos por al lado de su cascada.  





A estas alturas ya teníamos un poco de hambre y nos comimos el pan y unas chocolatinas que habíamos comprado el día anterior. Hacia un rato que estaba lloviendo, así que paramos un rato a cubierto para descansar y reponer fuerzas. Los lagos son muy bonitos a pesar de estar nublado, el color turquesa y la transparencia de sus aguas hace que te aísles de la gente que te rodea para contemplar sus aguas cristalinas. Nos podemos imaginar como será con la luz del sol reflejando todos esos colores, simplemente espectacular.




Seguimos bajando por el sendero pasando un par de lagos y cascadas más hasta llegar al Mirror Lake, pero como llovía bastante y hacia un poco de frío nos subimos al autobús hasta la intersección de la carretera donde se localizan la mayoría de servicios del parque. Una vez en este punto, nos metimos en un gran edificio que tiene varios restaurantes y tiendas de souvenirs con gran aceptación entre los turistas chinos. Allí nos sentamos a tomar un té y a descansar de toda la mañana andando por el sendero, eran las 3 de la tarde..

Sobre las 16:00 nos levantamos y fuimos a coger el autobús que nos subiría al último lago de la parte izquierda. La idea era ver el Long Lake y el estanque de los cinco colores, además de algún otro si nos daba tiempo. Cuando llegamos arriba nos dimos cuenta de que no nos dejaban mucho tiempo ya que el mismo autobús que nos subía se esperaba para bajarnos y un guarda se encargaba de que no quedara nadie porque estaban cerrando la parte más alejada de la salida. A pesar de todo pudimos ver los dos lagos y sobre todo el segundo, Fice Coloured Pool, que merece la pena por sus preciosos colores.





Sobre las 17:30 empezamos a bajar con el autobús para salir del Parque y a las 18:20 ya estábamos en la puerta de salida. Un día completo y a pesar de ello, no puedes ver todo el Parque, aunque nosotros no teníamos más tiempo lo aconsejable es verlo en dos días. 

Salimos del parque y nos dirigimos a el restaurante tibetano Abu Luzi (propiedad de la familia de nuestra casa rural) pasando por un mercadillo donde había un poco de todo (artesanias, telas, verduras, carne seca, productos locales…), lo curioso es que cuando sales del parque te obligan a pasar por el mercadillo (y así de paso compras!!). Llegamos al restaurante y allí estaba Noelle que esperaba a que llegáramos para que nos trasladaran a la casa rural. Pero nosotros íbamos a cenar en el restaurante tibetano, así que cenamos todos juntos. Después de cenar nos subimos al coche y tras recoger a un chico estadounidense que acababa de llegar en autobús desde Chengdu, nos llevaron a “casa”. Cuando llegamos estuvimos comparando nuestras experiencias por China con el resto de los huéspedes (una pareja danesa con 5 hijos que vivía en Pekín) y después de hacernos unas risas y unas copitas de vino nos fuimos a dormir sobre las 22:30 porque a la mañana siguiente madrugábamos para coger un avión a Lijiang (provincia de Yunnan).

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