sábado, 28 de julio de 2012

Dia 5: 26 de julio, Xining, visita al monasterio de Kumbum

Nos hemos levantado un poco cansados, ya que las camas aquí casi no tienen colchón y son muy duras. Pero habrá que acostumbrarse porque a partir de ahora todos los hoteles serán estilo chino. Salimos sobre las 8:30 para buscar algo de desayuno que no sea sopa o algunas de esas cosas que comen ellos por la mañana. Al ser una ciudad grande es mas fácil encontrar una pastelería tipo a las que tenemos por España. Así que tras comprar un pastelito salado y uno dulce nos volvemos al hotel para comérnoslo allí.

Finalmente salimos sobre las 10:00 para coger un taxi hasta la parada del bus que va al monasterio de Kunbum. Nada más llegar tres o cuatro individuos empiezan a decir el nombre del monasterio en voz alta, resulta que son coches particulares que te llevan por un precio mayor que el del autobús pero mucho mas cómodo, ya que el trayecto es largo y el autobús va abarrotado de gente. En un abrir y cerrar de ojos estábamos dentro del coche junto con otros dos turistas chinos, camino del monasterio por 30 yuanes los dos.

Ya de camino empieza a llover y conforme nos vamos acercando llueve un poco más. Así que tendremos una visita pasada por agua y además con un poco de frío para hacerla más agradable. Al llegar al monasterio sigue lloviendo, así que decidimos sentarnos a comer en uno de los puestecitos de la entrada al templo, para ver si amaina el temporal. La especialidad de la casa son los pinchitos de pollo a la barbacoa acompañados de unas patatas asadas. Todo muy rico y muy barato, para chuparse los dedos. De postre tienen yogures naturales de leche de Yak, pero ya nos parece demasiado arriesgado para nuestra salud.

Este es nuestro primer monasterio budista, aunque durante el viaje vamos a ver unos cuantos. El monasterio de Kunbum (Taersi, en tibetano) es uno de los mejores exponentes de la secta gelugpa (o de gorro amarillo) del budismo tibetano. Fue construido en 1577 en el lugar de nacimiento de Tsongkhapa, fundador de dicha secta.

Empezamos la visita recorriendo las diferentes salas en las que se pueden ver a los monjes realizando sus tareas diarias, también encontramos peregrinos que recorren los edificios postrados a la entrada. Con la lluvia que no ha parado en toda la visita, se hace un poco màs difícil apreciar lo espectacular del monasterio pero aún así merece la pena la visita.

En total desde que salimos de Xining hasta que volvimos, otra vez en taxi compartido han pasado unas 5 horas. Al volver el taxi nos ha dejado cerca de nuestro hotel en una de las calles comerciales así que hemos aprovechado para hacer alguna compra.

Después de descansar un poco en nuestro hotel hemos salido a dar una vuelta por las animadas calles de Xining y hemos pasado por el mercado de Shuijing Xiang, donde puedes ver la agitada vida de esta ciudad y lo que comen sus gentes. Hay puestos de souvenirs, carne, pescado, comida preparada y puestos callejeros de comida rápida. Toda una experiencia ver como la gente, una vez pasado el shock de ver a un occidental te sonríe y te invita a pasar a su restaurante. La verdad es que casi no hemos visto a ningún otro occidental desde que estamos en Xining, y por cómo nos miran ellos tampoco deben de ver a muchos. Pero lo dicho, que gracias a la amabilidad de esta gente y a pesar de la barrera del idioma nos sentimos muy a gusto en este país.

Más tarde fuimos a buscar un restaurante de comida tibetana para cenar pero después de una buena caminata, en la dirección que se supone que debía estar el restaurante nada de nada. Así que, cogimos un taxi y como la noche anterior habíamos cenado tan bien en el Black Tent, pues a repetir. Y despues de una suculenta cena con yogurt de leche de Yack de postre, a la cama y a descansar que mañana tenemos viajecito en autobús de 4 horas a Tongren (Repkong en tibetano).

1 comentario:

  1. Hola, chicos veo que "más o menos" os va bien por la China. Nosotros recién llegados y con el cansancio y el jet lag apretando, intentamos adaptarnos a la vuelta. Un abrazo y besos de las niñas.

    ResponderEliminar