sábado, 15 de septiembre de 2012

Día 20: 10 de agosto, alrededores de Dali

Ayer hablando con Lia decidimos visitar uno los mercados más grandes de Yunan en Yòusuo y de paso organizar la excursión de hoy. Lia se encarga de contratar al conductor para todo el día por 400Y. La excursión la empezaremos en el mercado de Yòusuo que es el punto más alejado a unos 60 km de donde estamos. Este mercado sólo lo ponen los viernes y es mejor visitarlo por la mañana, cuando tiene más actividad. Después iremos a Zhouchéng y Xizhou, esta última pequeña población se destaca por su bien conservada arquitectura Bai.

Los bai son la etnia mayoritaria en Dali, con casi dos millones de representantes y que se estableció en la zona hace unos 3000 años.

Salimos sobre las 9:00 y tardamos una hora y media en llegar a Yòusuo y al llegar a su calle principal nos bajamos del coche para recorrer con calma el gran mercado. Este es uno de esos mercados asiáticos en los que puedes encontrar de todo y básicamente productos de alimentación. Visitando este mercado nos hacemos una idea de lo rica que es la región en productos agrícolas, ya que las tierras que bordean el gran lago son muy buenas para cultivar.



También nos damos cuenta que somos los únicos turistas que deambulan perdidos por entre los diferentes puestos, haciendo fotos y recibiendo los comentarios de los vendedores que a veces nos invitan a probar sus productos.


Frutas, verduras, animales vivos, carne, pescado y otros artilugios que forman una amalgama de colores, olores y sabores difíciles de explicar. Pero que sin duda merece mucho la pena visitar y nos da una idea de cómo viven sus gentes y al mismo tiempo nos acerca a sus costumbres.



Tras una hora recorriendo el mercado volvimos por la calle principal donde teníamos el coche esperando, a esta hora el mercado bulle de actividad y casi no se puede avanzar por la calle. Finalmente conseguimos salir y encontrar nuestro coche para continuar la marcha.


Sobre las 12:30 paramos en un restaurante al lado de la carretera para comer, nuestro conductor pensó que sería mejor comer antes de entrar al pueblo de Zhouchéng, ya que posiblemente en el pueblo tendríamos menos opciones. El restaurante está bien y se ve limpio pero después de que Lia por teléfono pidiera la comida estuvimos esperando más de una hora a que nos sacaran algo. Cuando por fin llego la comida todo estaba buenísimo, tiras de carne de cerdo crujiente y menta frita, guiso de pescado, tortilla de pescaditos diminutos del lago Erhai y una sopa de pétalos de magnolia, que la verdad estaba un poco sosa. Cuando terminamos de comer casi eran las tres y fuimos a visitar el pueblo de Zhoucheng.

Nada más llegar nos asaltaron literalmente un par de mujeres vestidas con los trajes y tocados tradicionales bai. Rápidamente nos llevaron a uno de sus talleres de costura y tinte para enseñarnos los manteles y de paso intentar vendernos algo.


Como nos gusto mucho este tipo de artesanía nos compramos un mantel y una blusa para Esther. Y así de paso nos hicimos unas fotos con nuestras anfitrionas. Después nos acompañaron hasta la plaza del pueblo donde había un pequeño mercado y una vez allí desaparecieron.



Dimos unas vueltas para ver el ambiente del pueblo pero hacia mucho calor y la actividad fuera del mercado era casi nula, así que decidimos marcharnos.


A 20 minutos en coche llegamos a Xizhou y empezamos la visita en el parking de la entrada principal cerca de unos jardines muy bonitos. Visitamos una casa con arquitectura bai, en la que su interior tiene un pequeño templo. Bajamos por una de las calles principales hasta la plaza principal, pero hace tanto calor que nos tenemos que comprar unos polos de vainilla para refrescarnos. Damos una pequeña vuelta por el pueblo pero lo más interesante en arquitectura está en la plaza y como ya estamos un poco cansados decidimos volver al hotel a descansar.



Sobre las 17:00 llegamos al hotel y nos relajamos en la terraza con vistas al lago donde conocemos a una pareja de chicos daneses muy simpáticos y entre cerveza y cerveza pasamos la tarde charlando con ellos. Como llego la hora de cenar y todavía estábamos hablando, cenamos juntos y después nos fuimos a dormir que el día había sido largo y caluroso.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Día 19: 9 de agosto, de Lijiang a Dali.

Hoy iremos a la estación de tren de Lijiang para coger el tren de las 7:45 de la mañana a Dali. Ayer, Cherry se encargo de comprarnos los billetes en cama dura o lo que es lo mismo en el asiento turista de china (90 Y los dos). El trayecto dura dos horas y nos llevara a la ciudad de Dali, para luego coger un taxi hasta nuestro hotel que está a la orilla del lago Erhai y a pocos kilómetros de la antigua ciudad de Dali.

Nos despedimos de Cherry a las 6:45 de la mañana y Liu nos lleva hasta la estación de tren de Lijiang que está a media hora del hotel. Al llegar, todavía no esta abierta la estación y la gente aprovecha para desayunar enfrente en los puestos callejeros de comida. La estación está en la parte nueva de la ciudad y es un gran edificio de moderna construcción. Cuando abren las puertas vamos pasando por el escanner de equipajes y nos sentamos a esperar para subir al tren.


Tras unos minutos esperando se empiezan a formar largas colas delante de la entrada a los andenes, así que nos levantamos para coger sitio a pesar de que todos llevamos el asiento numerado. Al abrir el paso a los andenes se forma el típico barullo, siempre que hay colas. Finalmente entramos y buscamos nuestro vagón para poder sentarnos. El compartimento se compone de cuatro literas. En las de abajo te sientas y en las de arriba dejas el equipaje. Cuando llegamos ya habían cuatro personas, dos mujeres y sus hijos pequeños. Al final somos 10 personas dentro del compartimento ya que los niños no compran billete. Menos mal que el trayecto es corto y casi sin darnos cuenta estamos en Dali sobre las 10:00 de la mañana.


Desde la ciudad nueva hasta nuestro hotel (Dali Windoo Resort) negociamos un taxi a la salida de la estación por 50Y después de regatear un poco. El taxi tarda una media hora en llegar, contando que varias veces tiene que parar a preguntar por que no sabe llegar. La verdad es que el sitio esta bastante escondido y las calles son bastante estrechas por lo que el conductor anda un poco perdido. Al final conseguimos llegar y nuestro hotel esta justo a la orilla del lago Erhai en la aldea de Longkan. 


Mientras hacemos el check in conocemos a la dueña del hotel, Lia. En un momento hacemos las presentaciones y nos pregunta si queremos algún consejo para visitar la zona. Le decimos que sí, que hoy iremos a la ciudad antigua de Dali a comer y dar una vuelta. Muy amablemente nos pregunta que nos gustaría comer y nos recomienda un restaurante de comida local, The Cat’s Whiskers en Boai Road, 46.

Esperamos un rato para que nos preparen la habitación y después de dejar el equipaje y acomodarnos nos vamos a la ciudad. Como entre unas cosas y otras se ha hecho la hora de comer, vamos directamente al restaurante y quedamos con el conductor en el mismo sitio para volver a las 17:30.

En el restaurante probamos diferentes platos de comida típica de Dali, siempre dejándonos recomendar por la dueña del local que habla algo de inglés. Al final pedimos unas setas salteadas, unas plantas acuáticas del lago Erhai, unos pescaditos secos en salsa de soja, un entrante de calabaza y bulbo de nenúfar y como plato estrella un guiso de rana toro. Todos los platos estaban deliciosos y la rana espectacular, a pesar de nuestras reticencias. No exageramos diciendo que ha sido una de nuestras mejores experiencias culinarias en China.




Después de comer, fuimos a dar una vuelta por la ciudad amurallada de Dali que a pesar de estar totalmente reconstruida guarda gran parte de su encanto original. La ciudad antigua es una cuadricula a la que se accede por las cuatro puertas de la antigua muralla. Recorrer sus calles es muy agradable si no son las tres de la tarde y tienes el estomago lleno, así que buscamos un lugar bonito y fresco para tomar un café y ponernos a cubierto del sol.



Una vez recuperados del sofocón, fuimos a ver el ambiente de la ciudad. Dali es una ciudad bastante turística, por lo que vemos más turistas occidentales de los que habíamos visto hasta ahora. La ciudad esta llena de tiendas de souvenirs y restaurantes de todo tipo, aunque aún se pueden observar algunos oficios tradicionales como costureras, floristas y los propios campesinos que venden sus productos a pie de calle.




A las 17:30 volvimos al restaurante, para coger el taxi de vuelta al hotel por 20Y el trayecto. Cuando estábamos esperando una motorista ha tenido un accidente justo delante de nosotros. De milagro no se ha hecho nada pero esto nos corrobora lo peligroso que es conducir por China. Recogemos la moto y sentamos a la chica aún con el susto en el cuerpo. Cuando llega nuestro conductor la chica ya esta atendida y nos vamos al hotel. Una vez en el hotel nos sentamos a disfrutar del paisaje y la tranquilidad que aquí se respira. El sitio esta en un lugar privilegiado para descansar y pasar unos días tranquilos con unas vistas preciosas. Además al estar en la orilla del lago corre una ligera brisa que hace mas agradable el atardecer.



Cenamos en la terraza de nuestra habitación y después de charlar un rato con Lia y organizar la excursión para el día siguiente, nos fuimos a dormir.