domingo, 2 de septiembre de 2012

Día 19: 9 de agosto, de Lijiang a Dali.

Hoy iremos a la estación de tren de Lijiang para coger el tren de las 7:45 de la mañana a Dali. Ayer, Cherry se encargo de comprarnos los billetes en cama dura o lo que es lo mismo en el asiento turista de china (90 Y los dos). El trayecto dura dos horas y nos llevara a la ciudad de Dali, para luego coger un taxi hasta nuestro hotel que está a la orilla del lago Erhai y a pocos kilómetros de la antigua ciudad de Dali.

Nos despedimos de Cherry a las 6:45 de la mañana y Liu nos lleva hasta la estación de tren de Lijiang que está a media hora del hotel. Al llegar, todavía no esta abierta la estación y la gente aprovecha para desayunar enfrente en los puestos callejeros de comida. La estación está en la parte nueva de la ciudad y es un gran edificio de moderna construcción. Cuando abren las puertas vamos pasando por el escanner de equipajes y nos sentamos a esperar para subir al tren.


Tras unos minutos esperando se empiezan a formar largas colas delante de la entrada a los andenes, así que nos levantamos para coger sitio a pesar de que todos llevamos el asiento numerado. Al abrir el paso a los andenes se forma el típico barullo, siempre que hay colas. Finalmente entramos y buscamos nuestro vagón para poder sentarnos. El compartimento se compone de cuatro literas. En las de abajo te sientas y en las de arriba dejas el equipaje. Cuando llegamos ya habían cuatro personas, dos mujeres y sus hijos pequeños. Al final somos 10 personas dentro del compartimento ya que los niños no compran billete. Menos mal que el trayecto es corto y casi sin darnos cuenta estamos en Dali sobre las 10:00 de la mañana.


Desde la ciudad nueva hasta nuestro hotel (Dali Windoo Resort) negociamos un taxi a la salida de la estación por 50Y después de regatear un poco. El taxi tarda una media hora en llegar, contando que varias veces tiene que parar a preguntar por que no sabe llegar. La verdad es que el sitio esta bastante escondido y las calles son bastante estrechas por lo que el conductor anda un poco perdido. Al final conseguimos llegar y nuestro hotel esta justo a la orilla del lago Erhai en la aldea de Longkan. 


Mientras hacemos el check in conocemos a la dueña del hotel, Lia. En un momento hacemos las presentaciones y nos pregunta si queremos algún consejo para visitar la zona. Le decimos que sí, que hoy iremos a la ciudad antigua de Dali a comer y dar una vuelta. Muy amablemente nos pregunta que nos gustaría comer y nos recomienda un restaurante de comida local, The Cat’s Whiskers en Boai Road, 46.

Esperamos un rato para que nos preparen la habitación y después de dejar el equipaje y acomodarnos nos vamos a la ciudad. Como entre unas cosas y otras se ha hecho la hora de comer, vamos directamente al restaurante y quedamos con el conductor en el mismo sitio para volver a las 17:30.

En el restaurante probamos diferentes platos de comida típica de Dali, siempre dejándonos recomendar por la dueña del local que habla algo de inglés. Al final pedimos unas setas salteadas, unas plantas acuáticas del lago Erhai, unos pescaditos secos en salsa de soja, un entrante de calabaza y bulbo de nenúfar y como plato estrella un guiso de rana toro. Todos los platos estaban deliciosos y la rana espectacular, a pesar de nuestras reticencias. No exageramos diciendo que ha sido una de nuestras mejores experiencias culinarias en China.




Después de comer, fuimos a dar una vuelta por la ciudad amurallada de Dali que a pesar de estar totalmente reconstruida guarda gran parte de su encanto original. La ciudad antigua es una cuadricula a la que se accede por las cuatro puertas de la antigua muralla. Recorrer sus calles es muy agradable si no son las tres de la tarde y tienes el estomago lleno, así que buscamos un lugar bonito y fresco para tomar un café y ponernos a cubierto del sol.



Una vez recuperados del sofocón, fuimos a ver el ambiente de la ciudad. Dali es una ciudad bastante turística, por lo que vemos más turistas occidentales de los que habíamos visto hasta ahora. La ciudad esta llena de tiendas de souvenirs y restaurantes de todo tipo, aunque aún se pueden observar algunos oficios tradicionales como costureras, floristas y los propios campesinos que venden sus productos a pie de calle.




A las 17:30 volvimos al restaurante, para coger el taxi de vuelta al hotel por 20Y el trayecto. Cuando estábamos esperando una motorista ha tenido un accidente justo delante de nosotros. De milagro no se ha hecho nada pero esto nos corrobora lo peligroso que es conducir por China. Recogemos la moto y sentamos a la chica aún con el susto en el cuerpo. Cuando llega nuestro conductor la chica ya esta atendida y nos vamos al hotel. Una vez en el hotel nos sentamos a disfrutar del paisaje y la tranquilidad que aquí se respira. El sitio esta en un lugar privilegiado para descansar y pasar unos días tranquilos con unas vistas preciosas. Además al estar en la orilla del lago corre una ligera brisa que hace mas agradable el atardecer.



Cenamos en la terraza de nuestra habitación y después de charlar un rato con Lia y organizar la excursión para el día siguiente, nos fuimos a dormir.

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